El otro dia escuché en la radio acerca del asunto de las tarjetas black de Bankia, que un pequeño porcentaje (4 de 86) de los que las recibieron, no las usaron… Eso me hizo pensar que no todos a los que se las repartieron son unos corruptos, que hay personas con integridad moral, con unos principios que no se corrompen. Que es peligroso generalizar y rechazar a todo un colectivo.
En mi consulta, acompaño a muchas personas que han tenido una infancia muy dura: abandono, malos tratos, mensajes muy hirientes… Sin embargo, conforme buceamos en su historia siempre descubrimos que hubo una lucecita en medio de aquel dolor.
Aparece una persona que hizo las veces de madre nutricia, de padre protector o de familia de acogida…La persona recuerda con cariño y ternura a ese niño herido que fue recogido o cuidado por otros. Y es que siempre se puede recoger algo bueno en medio de la miseria.
Ayer escuchaba a una persona que se quejaba amargamente porque sus compañeros de trabajo no le consideraban ni le integraban. A mi pregunta, ¿todos hacen lo mismo? Ella contestó: «No, hay algunas personas que me tienen muy en cuenta». Entonces nos paramos a ver, por qué se quedaba en lo que no le daban y no acogía lo que sí estaba recibiendo.
A veces estamos tan pendientes de lo que otros no hacen por nosotros, de lo que nos faltó, de lo mal que está el mundo, que dejamos de ver lo que sí hay, lo que funciona, lo que la VIda nos regala cada día. Y se nos pasan oportunidades para disfrutar y saborear lo que nos llega. Todo depende de las gafas que elijas para ver el mundo.
Un sabio yogui decía: «donde pones tu atención, ahí diriges tu energía«. SI sólo miras lo negativo y lo que va mal, te encontrarás con más de eso. SI pones atención a lo que fluye, a lo que sí hay, a darte cuenta de lo que llega,encontrarás en tu corazón alegría y agradecimiento hacia la Vida y recibirás en abundancia.
Consulta privada de Miriam Magallón, psicóloga clínica.
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