Según un informe de la OMS el 60% de los europeos ha presentado fatiga emocional, apatía y desesperanza en los últimos meses. Hace unos días un amigo me expresaba su preocupación por lo que se nos viene encima por la crisis económica que se avecina.
También escuché a un médico cercano expresar su desesperanza por el rumbo de la pandemia y la cantidad de contagios que había en Madrid. En las últimas semanas, he leído diversos artículos sobre la tristeza y la desesperanza. Parece que la fatiga emocional nos va cercando.
Estamos tristes; las personas a las que atiendo en mi consulta así me lo expresan. Echamos en falta planes de ocio, no tenemos proyectos ilusionantes a la vista. Los tiempos de duro confinamiento pasaron (de momento) y con ello la ansiedad de estar encerrados. Pero ahora nos encontramos con una nueva realidad: el tiempo de la tristeza.
Como expuse en otros artículos, la emoción de la tristeza es buena, sana y necesaria cada vez que perdemos algo bueno. Este sentimiento nos invita a recogernos, a estar con nosotros mismos para darnos tiempo para aceptar esa pérdida. Pero la tristeza es como una mancha de aceite. Si la dejas, se extiende y llega a todos los rincones. Debemos ponerle límites.
Veamos algunos antídotos para combatirla y no dejarnos vencer por el desánimo:
- Entrégate a los placeres cotidianos, disfruta de los momentos diarios de disfrute
- Protégete de la inundación informativa: dosifica las noticias, pueden producir intoxicación
- Piensa que esto va a pasar; en unos meses volveremos a recuperar nuestras vidas con sus planes, proyectos de futuro, posibilidad de movernos libremente
- Busca el sol, el contacto con la naturaleza, respirar al aire libre. La luz del sol y el contacto con el aire libre nos cargan las pilas de optimismo
- Practica tus aficiones y si no las tienes, investiga y curiosea. Las aficiones nos ponen en contacto con el disfrute, la ilusión y la creatividad
- Acepta la limitación y la imposibilidad de hacer algunas cosas en lugar de pelearte con la situación.
- Pon atención a lo que sí podemos hacer. En lugar de lamentarte por lo que no puedes hacer, aprovecha lo que sí es posible.
Y recuerda: si la situación te sobrepasa, si el desánimo te invade, pide ayuda profesional. Estamos para ayudarte. Animo!
Consulta privada de Miriam Magallón, psicóloga clínica.
C/Mauricio Legendre 2,4º I. 28046 Madrid. (Zona Pza. Castilla)
Cita previa: 605146096