Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos decidiendo. Cada vez que llevamos a cabo una actividad, hemos decidido hacerla (consciente o inconscientemente) y hemos descartado muchas otras opciones. Incluso cuando no logramos decidirnos, estamos eligiendo.
En la foto aparecen dos caminos. ¿Cuál cogerías? ¿Qué harías para decidirte? Vamos a analizar más profundamente en qué consiste esto de decidir, qué estilos de personalidad hay en la toma de decisiones, que orientación tomamos cuando decidimos, etc…
¿Con qué estilo de personalidad te identificas más?
- Estilo directivo: característico de personas racionales y con un nivel alto de razonamiento lógico. Toman las decisiones de manera rápida ya que tienen baja tolerancia a la ambigüedad. Son personas eficaces y rápidas.
- Estilo analítico: precisan de más información para decidir y toleran mejor la ambigüedad. No obstante también priman su parte racional al tomar decisiones.
- Estilo conceptual: estas personas presentan un pensamiento intuitivo con gran tolerancia a la ambigüedad. Procesan con una perspectiva extensa las cuestiones y analizan muchas alternativas. Se enfocan a largo plazo y buscan soluciones creativas.
- Estilo conductual: personas muy intuitivas; les gusta el trabajo y la toma de decisiones en equipo. Otorgan gran importancia a los demás y buscan su aprobación.
Estos cuatro estilos se podrían englobar en dos: la persona que toma decisiones desde una perspectiva lógica y aquella otra que prima la intuición y la creatividad. Frente a la foto de la portada, unas personas elegirían intuitivamente y otras activarían su GPS o buscarían en el mapa cuál es el correcto. Es decir, recogerían más información antes de decidirse.
En mi consulta encuentro dos modos de afrontar las situaciones. Hay personas que viven la toma de decisiones como un reto y otras que lo sufren como un problema.
Las personas que afrontan las decisiones de una manera positiva, creen que los problemas tienen solución y que ellos tienen capacidad para resolverlos. Además de sentirse capaces, dedican tiempo y esfuerzo para lograr la solución.
Por el contrario, hay personas que viven como un problema el hecho de tener que decidir y lo evitan siempre que pueden. Estas personas sienten que los problemas son abrumadores y no tienen solución y que además ellos, no tienen capacidad para afrontarlos. Por ello, se frustran y se estresan frente a los problemas cuestionándose continuamente sus decisiones. La inseguridad y las dudas les bloquean para tomar la decisión más acertada.
Si sientes que te encuentras en esta postura, sería bueno que lo comentaras con un profesional de la salud para que puedas manejar esta situación tan cotidiana de manera más tranquila y satisfactoria. Porque este problema sí tiene solucion…
Consulta privada de Miriam Magallón, psicóloga clínica.
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