¿Si tuvieras que estar 2 horas sin móvil esperando en una cola, consulta, atasco, etc ¿qué harías? Esto le sucedió a un amigo hace unas semanas y compartió su experiencia en una cena de amigos.
En los primeros minutos sintió ansiedad. No tenía nada entre las manos. No había posibilidad de moverse, buscar un libro o encender la radio. Cuando asumió que esa era la situación y no la podía cambiar, cayó cuenta del tiempo que hacía que no estaba consigo mismo durante un rato tan largo. Era un momento de silencio, de no actividad. Fue consciente de que la vida le ofrecía un rato para estar a solas con él. ¿Qué habríais hecho vosotros?
Mi amigo aceptó el reto y se entregó al momento, al presente. Empezó a respirar, a conectar con su cuerpo, a calmar la actividad de su mente. Descubrió tensiones en el cuello y trató de aflojarlas. Poco a poco sintió la quietud y la tranquilidad del silencio.
Durante un rato, se dedicó a repasar qué cosas habían pasado en la última temporada y de ahí enganchó con sus sentimientos y emociones de los últimos meses. Pudo darse cuenta de la presión que sentía en el trabajo, de la tensión acumulada con que llegaba a casa y le hacía explotar con facilidad. Esa toma de conciencia, le ayudó a reconocer lo que necesitaba y qué es lo que no se estaba dando.
La meditación centrada en la respiración con los ojos cerrados, dió paso a una meditación más activa. Sin perder el contacto con su respiración, se dedicó a observar lo que pasaba fuera. La gente caminando, el olor del lugar, la temperatura, la luz de la sala y en esa observación de lo que había, sin juicios, encontró también la paz.
El exceso de actividad en que habitualmente nos movemos nos aleja de nosotros mismos y nos desconecta de nuestro cuerpo. Dicho exceso pone en marcha la respuesta de estrés. Nuestro cuerpo se pone en alerta y genera ansiedad. Por eso necesitamos hacer paradas técnicas y escucharnos. Claudio Naranjo habla de la importancia de “vivir hacia dentro”. Ese vivir hacia dentro significa estar pendiente de los procesos internos de cada uno, haciendo caso a la intuición más que a la razón.
Estar sin móvil durante un tiempo sin hacer nada, sin escapar de nuestras emociones ni buscar otras distracciones, puede ser una situación incómoda por inusual pero también una oportunidad para entrar en nosotros y estar atentos al momento presente. Parar y no hacer nada nos puede llevar a entrar en contacto con nuestro yo más profundo, con nuestro ser, y a partir de ahí reconocer quienes somos y decidir hacia dónde queremos ir.
¿Aceptas el reto o vas a esperar a verte en una situación sin escapatoria para encontrarte cara a cara contigo?
Consulta privada de Miriam Magallón, psicóloga clínica.
C/Mauricio Legendre 2,4º I. 28046 Madrid. (Zona Pza. Castilla)
Cita previa: 605146096