Amparo habla sin pausa cuando llega a la consulta. Enlaza una cosa tras otra y su volumen de voz es potente. De pronto, se para y parece por su gesto, que quiere bostezar. No lo logra y empieza a agobiarse. Por fin, su diafragma se abre y logra que entre aire hasta su abdomen.
Este es un ejemplo de las muchas personas que olvidan algo tan básico como respirar. Sobreviven en el día a día con una respiración muy superficial hasta que de pronto tienen que parar a suspirar o bostezar porque su cuerpo, su cerebro, le piden a gritos más aire.
Cuando respiramos correctamente, inspiraciones que lleven el aire hasta el bajo vientre y expiraciones que saquen todo el dióxido de carbono de nuestro cuerpo, nuestro cerebro funciona a la perfección, las células de nuestro cuerpo se mantienen activas y oxigenadas y no hay sensación de fatiga. En cambio, cuando respiramos entrecortadamente, o sea que sólo se mueve levemente el pecho al meter aire, nuestro cuerpo siente la falta de oxígeno y sentimos sueño, cansancio… Además cuando nuestra respiración es calmada y profunda, el cuerpo se afloja y se relaja y recibe la señal de que todo está bien. Por el contrario, cuando respiramos aceleradamente, nuestro organismo se pone en estado de alerta y aparece la respuesta de estrés. En esos momentos podemos sentirnos en peligro, con miedo o ansiedad.
La respiración es fuente de vida y la respiración consciente una de las armas más potentes y accesibles que tenemos. Cuando respiramos con toda la atención puesta en el proceso, los problemas se diluyen, el pensamiento se aquieta y volvemos a conectar con nosotros mismos. Se acercan días de descanso, puede que ya los estés disfrutando, aprovecha la oportunidad de respirar con conciencia.
Respira si estás en un lugar bonito,
respira si te asaltan pensamientos del trabajo y déjalos ir,
respira cuando te pongas nervioso, si te entra el miedo,
respira el silencio,
respira la cercanía de tu familia o amigos.
Respira, vas a estar bien. Frente a todo, respira.
Respira y quédate.
¡Feliz Verano!
Consulta privada de Miriam Magallón, psicóloga clínica.
C/Mauricio Legendre 2,4º I. 28046 Madrid. (Zona Pza. Castilla)
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