El verano está aquí y puede que ya estés disfrutando de las vacaciones o que estén al llegar. Nos pasamos el año corriendo, llenos de obligaciones y tareas pendientes por hacer y cuando llegan las vacaciones pegamos un frenazo y no sabemos cómo manejar nuestro tiempo. Quizás necesites varios días para hacer la descompresión, para bajar el ritmo, serenar tu mente y adaptarte a esta nueva temporada.
Obsérvate, a lo mejor los primeros días estás irascible, tu cabeza no para de dar vueltas a asuntos que dejaste en el trabajo… Esto pasará. Date cuenta de lo que sientes y trata de localizar de dónde viene.
Pasado ese periodo de aclimatación llega el gran momento: disfrutar del descanso, la inactividad, la ausencia de reloj… Te animo a que dejes tiempos “vacíos” sin llenar con actividades o lectura para vivir momentos de silencio, de contemplación de lo que pasa alrededor. Puedes intentar percibir con todos tus sentidos tu momento presente, respira conscientemente, intenta vaciar tu cabeza de pensamientos y dedícate a vivir el aquí y ahora.
Puede que te desasosieguen sensaciones que vienen de tu cuerpo: opresión en el pecho, tensión muscular en el cuello o la espalda, dolor de cabeza… Obsérvalas, pon atención al gran olvidado de tu vida, tu cuerpo.
Conforme vayas haciendo silencio, puedes ir descubriendo una maraña de sentimientos y emociones dentro de ti: ansiedad, tristeza, preocupación, enfado… Respira, déjatelos sentir y ponles nombre. “Siento desasiego, me siento a disgusto conmigo mismo…”. Esto también pasará.
Y al final del camino, hallarás paz y serenidad interior y sentirás el agradecimiento de quien es consciente del momento presente.
En estos días, vive para adentro, habita tu cuerpo y tu silencio interior, abre tus sentidos y disfruta de lo que te trae la vida.
¡Feliz Verano!
Consulta privada de Miriam Magallón, psicóloga clínica.
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