Desde hace unas semanas circula por las redes un video en Youtube que a nadie deja indiferente. Simon Sinek, escritor y experto en liderazgo, habla sobre los Millennials, la generación nacida desde 1984 en adelante. Esta generación es calificada de caprichosa, narcisista, perezosa…
Pero lo que más destaca es que es una generación que se cree con derechos y parece que los deberes quedan muy atrás. Se define como la generación malcriada. El autor se pregunta ¿Por qué son así? ¿Qué les ha hecho llegar a diferenciarse tanto de la generación anterior? Y llega a estas cuatro conclusiones:
- Durante la crianza se les hizo creer que eran especiales, que podrían ser lo que quisieran. Se les reforzó (en la escuela y en casa) sin haber conseguido ningún logro y sin esfuerzo. Por ello, cuando acaban sus estudios y caen al mundo real sufren una frustración enorme y se deprimen. En mi consulta tuve a una chica de 25 años que tras estudiar en la universidad tardó varios años en encontrar trabajo y lloraba diciéndome: «nos han engañado, nos prometieron todo, nos decían que íbamos a ser la promoción mejor preparada y que las empresas vendrían a buscarnos y es mentira…»
- La tecnología y las redes sociales forman parte de la identidad de los millennials. Navegan con naturalidad, conocen todas las novedades, son expertos en internet pero desconocen cómo establecer relaciones de amistad profundas y duraderas en el tiempo. Aparentan ser muy felices y divertirse mucho pero en realidad, se sienten solos cuando tienen un problema. Además no han desarrollado estrategias para superar las dificultades porque se refugian en la descarga de dopamina que les proporcionan las redes sociales y así amortiguan la ansiedad que sienten.
- Impaciencia e inmediatez: Internet pone a nuestro alcance todo lo que deseamos a golpe de click. Ha desaparecido el tiempo de espera entre el deseo y la satisfacción de lograrlo. Todo se consigue aquí y ahora. Esto les lleva a no saber trabajar paso a paso; no conocen la perseverancia ni los resultados a largo plazo y se frustran con rapidez cuando no logran cumplir sus objetivos rápidamente.
- El ambiente en el que viven no fomenta la autoconfianza ni el trabajo en equipo. Los objetivos laborales son a corto plazo y la competencia les hace velar por sus intereses antes que el bien común.
Y ¿qué hacer con este panorama? ¿Cómo podemos ayudarles? Creo que toda la sociedad ha contribuido al desarrollo de esta generación y cada uno debería hacerse cargo de su parte de responsabilidad en el problema.
Como padres:
- Enseñarles el valor del compromiso, de mantener la palabra y la implicación cuando uno lo ha decidido en lugar de abandonar al primer envite.
- Fomentar la cultura del esfuerzo, del bien hacer. Ayudarles a sacar lo mejor de sí mismos.
- Ayudarles a hacerse responsables de sus vidas en lugar de instalarse en la queja
Como empresa:
- Fomentar el trabajo en grupo, los objetivos de equipo, la mentalidad colectiva
- Crear lineas de trabajo a largo plazo; reforzar la constancia y el trabajo paso a paso en lugar de los resultados rápidos.
Consulta privada de Miriam Magallón, psicóloga clínica.
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