Vivimos tiempos difíciles. Estamos encerrados en casa. Sería fácil caer en la desesperanza y dejarse llevar por la angustia y el miedo. Nos bombardean con pronósticos de futuro catastróficos. Por eso, hoy más que nunca, reivindico nuestro derecho a protegernos.
Si queremos mantener nuestra salud emocional en buena forma, hemos de aprender a colocar una mampara protectora frente a tanta información y bulos alarmistas. Ahí van algunas ideas:
- Pon atención a las conversaciones que tenemos con nuestra familia y amigos… Si notas que siempre planean sobre el coronavirus, cambia el tema, habla de cosas buenas (que también las hay). Cada uno de nosotros podemos cambiar el tono de las conversaciones en que participamos.
- Haz una pantalla protectora en tu entorno. Los medios de comunicación transmiten incertidumbre y miedo. Dosifica las noticias y aprovecha para escuchar música, leer, ver alguna serie. Estar sensibilizado con la realidad es una cosa, y dejarse hundir por la misma, otra muy distinta.
- Trata de construir, de asumir tu responsabilidad en los problemas en lugar de quejarte y lamentarte por lo mal que está todo. Esta crisis es una llamada imperiosa a ponerse en marcha y buscar salidas creativas y novedosas. Si usas la energía para lamentarte, te quedarás sin fuerzas para luchar y aydar a otros a salir adelante.
- Busca tiempos y espacio para el disfrute. Se pueden hacer montones de planes en casa. Si aprecias las cosas buenas que la vida te trae, te sentirás más dichoso.
- Reir y sonreir están en el catálogo de actitudes de todos los seres humanos, ¡practícalos!
- Si a pesar de todo esto, hay momentos de tensión o el miedo te invade, busca un rato para retirarte a un lugar seguro. Dedica unos minutos a respirar con conciencia, usa tu imaginación para visualizar un lugar de paz y tratar de recuperar tu bienestar. Con la visualización, puedes escaparte un rato a la playa o al campo y sentir los beneficios que esto tiene en tu interior.
- Por último, agradece todo lo que tienes. Aunque estés confinado en casa, el sol sigue saliendo cada día; probablemente tengas una mano amiga que te apoya. Hazte consciente de las cosas realmente importantes de la vida y valóralas.
Consulta privada de Miriam Magallón, psicóloga clínica.
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