Resulta que después de tantos años escribiendo en mi web sobre temas psicológicos, emocionales y cotidianos, no había escrito nunca sobre la humildad. Y resulta que en los últimos 15 días, me han llegado por redes sociales las reflexiones de dos personas que admiro profesionalmente, hablando de la grandeza de la humildad. Así que aquí os traigo hoy este tema.
Dice la RAE que la humildad es la virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento. Es aceptarnos tal y como somos con nuestras virtudes y defectos sin hacer alarde de bienes materiales o de gran conocimiento intelectual.
Todos entendemos que una persona es humilde cuando reconoce sus errores y no hace alarde de sus virtudes pero yo creo que la humildad es mucho más que eso. El humilde habla de si mismo con afabilidad tanto en sus aciertos como en sus errores y se sabe igual a los demás. Reconoce cuándo su ego quiere aparecer y lo aplaca. No se siente inferior ni superior a nadie.
Reconoce la dignidad de todas las personas y las respeta y se respeta genuinamente.
La persona humilde se relaciona con los demás de manera sencilla y esto posibilita encuentros verdaderos. Porque nada nos acerca más al otro que sentirle honesto, vulnerable, real.
Dice Fidel Delgado que deberíamos decir más a menudo no sé porque te cura de la prepotencia de creer que sabes de todo, te abre a campos y vivencias de otras personas. Decir no sé nos coloca en una posición humilde. Nos recuerda que aún nos quedan muchas cosas por aprender y descubrir y nos coloca frente a los demás como seres imperfectos (lo que somos todos en realidad).
Además cuando decimos no sé a una persona que nos pide consejo u orientación, le devolvemos el poder de afrontar las dificultades de su vida y que busque soluciones. Vamos a evitar que esa persona se enganche y dependa de nosotros y le haremos más autosuficiente y seguro de si mismo.
La clave de la humildad en palabras de Mario Alonso Puig, es reconocer que tú no puedes entender el mundo de la otra persona, lo que ha vivido, lo que está sintiendo o las dificultades con las que se encuentra. Pero tienes un interés genuino por sumergirte en su mundo. Por eso, la mirada humilde del que no sabe, reconoce que no sabe, y quiere saber, llama a que la otra persona pueda abrirse, y contar su mundo.
C/Mauricio Legendre 2,4º I. 28046 Madrid. (Zona Pza. Castilla)
Cita previa: 605146096
(Imagen Leah Mariani)