Me pasa con frecuencia que un tema se me presenta una y otra vez en un breve intervalo de tiempo. De repente, todo lo que leo o escucho me lleva a lo mismo. Pues esto me ha sucedido con el tema que abordo hoy. El otro día descubrí un cartel en un bar que decía: No tenemos wifi, hablen entre ustedes. ¡Me encantó!
También me ha llegado un video que habla del trabajo de Holt-Lunstad, una investigadora de una Universidad americana que estudió en una muestra de miles de personas, los factores que nos protegen para tener una larga vida. Entre los 10 indicadores más frecuentes se encontraban: no fumar, no beber, hacer ejercicio, reducir la hipertensión, no tener sobrepeso, etc. Los 2 primeros indicadores eran: tener relaciones cercanas (amigos de verdad, familia con una estrecha relación, aquellas personas con las que se puede contar en un momento de necesidad) y tener una buena integración social en nuestra vida cotidiana. Es decir, tener un número grande de interacciones a lo largo del día o lo que es lo mismo, tener personas con las que intercambiar una breve conversación (el portero, una vecina, los dependientes de las tiendas…)
Por último, recordé unas declaraciones del psiquiatra Rojas Marcos que en 2014 decía :»Hablar es muy sano». «Es bueno para el corazón, reduce pulsaciones y baja la presión arterial. Comunicarnos es muy terapeútico, nos ayuda a entender que nos pasa, a ponerle palabras». «Hablar con otro nos permite des-ahogarnos». Quitarnos el ahogo, la angustia que nos invade.
Vivimos tiempos de tecnología y pantallas. En 4 líneas de Whatsapp despachamos una relación o «resolvemos» un conflicto. Es muy raro tener una conversación teléfonica de más de 5 minutos para ponernos al día con alguien. Mis hijos quedan con sus amigos a través de los videojuegos y se pasan la tarde hablando y jugando con ellos desde casa. El encuentro cara a cara tranquilo se va extinguiendo; y resulta que esa interacción nos calma, nos sosiega y nos da calidad de vida. No infravaloremos el poder de la conversación y la comunicación oral. Propiciemos encuentros y desahogos; estaremos invirtiendo en salud.
Consulta privada de Miriam Magallón, psicóloga clínica.
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