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Las emociones son el mapa que guia nuestras vidas y por eso, en ocasiones nos colocan frente a auténticas encrucijadas. No estamos muy acostumbrados a captar y saber leer nuestras emociones, y sin control, se convierten en caballos desbocados que mandan sobre nuestras vidas sin casi darnos cuenta.

¿Qué siento en este momento? Esta pregunta aparentemente sencilla, es clave para que tengamos en nuestras manos la brújula emocional de nuestra vida. Si viviéramos conectados a nuestros sentimientos sabríamos el por qué de muchas reacciones nuestras «incomprensibles», el motivo de ese desasosiego «sordo» que ronda por nuestro cuerpo, los verdaderos deseos que mueven nuestras vidas.

Podemos iniciarnos en la comprensión de las emociones, preguntándonos a menudo, ¿qué me está pasando ahora, qué siento? Y asi, podré descifrar que esa música me puso triste, que la frase de mi jefe me hizo sentir inseguro y por eso me puse a la defensiva, que una mirada cómplice de mi pareja me hace sentir querida y me llena de energía, etc…

Incluso con los más pequeños podemos irles explicando que cuando están mas cansados se enfadan con facilidad, que si se sienten tristes necesitan mas mimos… es decir, les ponemos palabras y emoción a la conducta que están desarrollando y esto les ayudará a entender sus propias emociones en el futuro.

Por tanto, se trata de tener en cuenta e integrar las emociones en nuestra vida diaria para comprendernos mejor y llevar la brújula emocional en nuestras manos.