Aviso: peligro de Spoiler! A los que aún no habéis visto la película, corred a verla.
A los que ya la habéis visto, os ofrezco un análisis psicológico que puede que os cambie la opinión que teníais de ella.
Esta peli es espectacular visualmente y es todo un tratado de terapia sistémica. ¿Qué es la terapia sistémica? Es la terapia familiar y de pareja que entiende la familia como un sistema. Esta terapia considera que los problemas de una persona son la expresión de que algo funciona mal en su sistema familiar por lo que hay que hacer cambios en dicho sistema.
Veamos algunos aspectos de la película que reflejan a la perfección esta disfuncionalidad:
El argumento de la película gira en torno a un tabú familiar: un miembro muy importante de la familia que ya no está entre ellos y del que nunca se habla (Canción: No se habla de Bruno). Este tabú llena de tensiones la relación entre los miembros de la familia.
Otro de los principios que rigen esta familia es que la familia está por encima del bienestar de las personas. Hay que sacrificarse y mantener la unidad familiar aunque sea a costa de la felicidad y el bienestar de sus miembros individualmente.
Este principio incuestionable de la familia como ente superior a todo se mantiene por la figura de autoridad (abuela) a la que se teme y se obecedece sin cuestionar.
Los miembros no pueden separarse e independizarse. Todos deben vivir en la misma casa y cada uno cumplir su función en el sistema familiar.
En medio de este estilo de organización tan rígido, se encuentra nuestra protagonista Mirabel. Ella se sale una y otra vez del marco de referencia y es reprendida continuamente. Es la única persona del clan que no tiene un don reconocido, sería la oveja negra de la familia. Los demás tienen su etiqueta y cumplen perfectamente su rol: la bella, la fuerte, la jefa, la depresiva…
Pues bien, nuestra protagonista comienza a saltarse todas las reglas: habla y hace presente al miembro-tabú del clan, desafía la autoridad de la abuela, busca su propio camino…
Como resultado de todo esto, se produce una gran crisis familiar que culmina con el derrumbe de la casa (símbolo de la identidad y status de la familia).
Tras la crisis, comienza la reconstrucción de la casa (o sea de la familia) con reglas nuevas. Los roles familiares son más flexibles, se permite fallar porque se reconocen unos a otros su vulnerabilidad, se escucha la opinión y necesidad de cada uno, etc
Como colofón final, la película termina con una foto familiar dinámica, movida frente a la instantánea estática del principio. Es el reflejo de un sistema familiar más sano, que se mueve y en el que sus miembros pueden buscar su identidad y felicidad fuera de él.
Consulta privada de Miriam Magallón, psicóloga clínica.
C/Mauricio Legendre 2,4º I. 28046 Madrid. (Zona Pza. Castilla)
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