A veces la depresión no aparece de repente. A veces, uno no sabe cuándo empezó. Lleva media vida sin ilusión, arrastrando su cuerpo, sin vibrar plenamente con nada… Hay personas que llevan toda una vida deprimidas y no se han dado cuenta porque creen que eso es vivir. Si echan la vista atrás no se recuerdan de otra manera.
Pueden haber pasado momentos felices o incluso una buena época pero con el tiempo, la tristeza y la apatía vuelven a asentarse en su cuerpo. Recuerdo a una persona que acudió a mi consulta muy deprimida. Estaba resignada y repetía:»se que esto va a ser siempre así«. Había un sentimiento de desesperanza y derrota difícil de remotar.
La depresión es un proceso largo y a veces profundo. Hay una falta de energía para desenvolverse en la vida diaria y cualquier añadido supone un esfuerzo enorme o la sensación de estar desbordado. En caso de depresión profunda es necesario combinar la psicoterapia con medicación antidepresiva que debe prescribir el médico de cabecera o el psiquiatra.
A veces la depresión conlleva una pérdida encubierta y hay que trabajar ese duelo. En otras, la depresión tiene su origen en la infancia o adolescencia y desde entonces se viene arrastrando. Estos procesos son más largos ya que el carácter de esa persona se ha ido entretejiendo junto a la depresión desde el inicio y está muy enraizada. Es casi como aprender a vivir de nuevo.
Por mi experiencia profesional, el paso más difícil de dar es reconocer que uno tiene una depresión, ponerle nombre y aceptarla internamente. Si la persona está de baja laboral se siente culpable y trata de pedir el alta pronto porque no asume que está deprimido. Sólo cuando acepta que es una enfermedad y requiere su tiempo, la recuperación empieza a llegar.
Hay una serie de pautas imprescindibles para las personas que sufren una depresión:
- Cuidar la alimentación: respetar los horarios de comidas, disminuir el consumo de hidratos de carbono procesados (bollos, patatas fritas, pan industrial, cereales) por otros naturales (frutas y verduras, panes con harina integral).
- Cuidar el sueño: si tiene problemas para conciliar el sueño, acuda a su médico para que le paute un tratamiento temporal y así recuperar un buen hábito de sueño. Elimine bebidas excitantes (cafe, coca-cola, te) y cenas copiosas. Relájese antes de dormir, tome algo caliente cuando vaya a la cama.
- Cuide el cuerpo: una persona deprimida casi no sale de casa. Hay que mover el cuerpo, salir a caminar, retomar el ejercicio físico. Muchos médicos de cabecera sostienen que el mejor anitdepresivo es hacer deporte. Y junto a esto, aprender a respirar. Poner atención a nuestra postura corporal. Las personas deprimidas están encorvadas, recogidas en sí mismas; hay que abrir el pecho y respirar en profundidad con el diafragma bien extendido para que entre el aire que es vida y nos aporta energía.
Consulta privada de Miriam Magallón, psicóloga clínica.
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