Si has empezando a trabajar, ánimo. El síndrome post-vacacional sólo dura unos días. Se trata de un proceso de adaptación a una situación nueva que percibimos como desagradable. Al incorporarnos al trabajo podremos sentirnos cansados, tristes o malhumorados. Pero no siempre tiene que ser así: a lo mejor a lo largo de las vacaciones has reflexionado sobre tu vida y has decidido meter algunos cambios en tu día a día. ¡Enhorabuena!
El verano nos permite tiempos de descanso y silencio. Y es posible que en algunos de esos ratos, hayas pasado la película de tu año vivido. Has podido darte cuenta de las cosas estupendas que han ocurrido y de otras no tan buenas.
Puede que la convivencia intensa en vacaciones (no es lo mismo convivir dos horas al salir del trabajo que pasar 24 horas juntos) con tu familia haya puesto de relieve problemas de comunicación, dificultades en el manejo de los niños, falta de acuerdos, distanciamiento, episodios de ansiedad, etc.
También las vacaciones nos ofrecen estar en contacto con nuestro cuerpo. Nos quitamos ropa, nos movemos más. Y en estos días has podido descubrir que no estás a gusto con lo que ves, que ocultas tu cuerpo, que tienes alguna molestia física continua, etc…
Por todo ello, igual que llevamos el coche al taller para hacerle una revisión, sería buen momento para chequear tu bienestar físico y emocional y ver si necesitas alguna ayuda. Los profesionales de la salud integral estamos ahí para eso. Si sientes que hay cosas, relaciones o modos de ser propios que no funcionan bien, busca salidas, intenta un cambio. No tenemos por qué ir por la vida llenos de achaques arrastrando problemas pasados, ¿no crees?
Consulta privada de Miriam Magallón, psicóloga clínica.
C/Mauricio Legendre 2,4º I. 28046 Madrid. (Zona Pza. Castilla)
Cita previa: 605146096