Al salir del trabajo, de camino a casa voy preparando mentalmente el festín que me voy a dar al llegar. Entro en el chino que me pilla de paso y me pertrecho de patatas, galletas, chocolate y un helado. Cuando llego, me como todo rápido para que no me pille nadie y escondo las bolsas para no delatarme…Luego estoy fatal, me duele la tripa, me siento culpable. Me acuesto pronto.
Este podría ser el testimonio de una de las muchas personas que se van a dar hoy un atracón al final de la tarde. Se calcula que entre un 2 y un 5% de la población sufre trastorno por atracón. Este se define como el acto de ingerir grandes cantidades de comida en un corto espacio de tiempo. La mayoría de las veces se ingieren dulces y alimentos de alto contenido calórico. Estas son algunas características comunes que refieren las personas que se dan atracones:
- Consumir grandes cantidades de alimentos
- Comer hasta estar incómodamente lleno
- Comer rápidamente durante los atracones
- Comer incluso cuando está lleno o no tiene hambre
- Comer a escondidas
- Sentir que su conducta alimentaria está fuera de control
- Sentirse deprimido, disgustado, avergonzado, culpable o molesto por su alimentación
Y la pregunta del millón es: ¿por qué sucede esto?, ¿para qué se da una persona un atracón? En mi experiencia clínica, el atracón se produce para acallar un malestar interno. Tiene que ver con la insatisfacción vital, sentimientos de soledad, mala gestión del estrés… Es decir, problemas emocionales.
Algunas personas que acuden a mi consulta refieren que se dan el atracón para no pensar, para no sentir. En otras ocasiones el atracón surge como compensación de dietas muy restrictivas. El bienestar que les produce (mientras comen desaforadamente) es muy breve frente al malestar que les genera la falta de control. Estos atracones agravan su sentimiento de culpa, rechazo de sí mismos y problemas de autoimagen.
Otra pregunta importante: ¿Qué hacer para salir de esta dinámica? En primer lugar la persona tiene que escucharse más. La auto-observación le ayudará a darse cuenta de cómo se siente antes de darse el atracón, las cosas que no funcionan bien en su vida, lo que quiere compensar con la comida…O lo que es lo mismo, poder escuchar el sentimiento que hay debajo y darle otra salida.
En algunas ocasiones, si el trastorno es grave precisará medicación. El atracón sigue una secuencia casí idéntica y habrá que romper esa cadena automática: cambiar rutinas, cortar la planificación del atracón durante el día, evitar lugares tentadores, hacer ejercicio… Si crees que encajas con esta descripción pide ayuda a un profesional. Estamos para ayudarte.
Consulta privada deMiriam Magallón, psicóloga clínica.
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