De vuelta por aquí, os deseo un Feliz Año del Dragón. No soy muy seguidora de las costumbres chinas pero en esta ocasión me viene bien tirar del Nuevo Año chino para iniciar mi post.
Para los chinos, el dragón representa la sabiduría y la prosperidad y tiene una dimensión especial de crecimiento, flexibilidad y expansión. Es para ellos un periodo propicio para nuevos comienzos, ya sea en el ámbito personal, profesional o espiritual. Y ahí me encuentro yo, por eso me resuena tanto.
Ando alejada de las RRSS y de mi blog en busca de descanso, calma y necesitada de nutrirme por dentro. Por eso, este año 2024 viene para mí cargado de cambios y nuevas actividades.
2024 es, en la cultura china, el año del dragón de madera y esto supone que es un elemento vivo, que muda, que cambia. Lo conciben como una era de transformación. Nos suele costar mucho mudarnos, cambiar nuestras rutinas, nuestras ocupaciones y creo que nos viene bien de cuando en cuando, darnos un tiempo para parar y reflexionar sobre lo que queremos en la vida. Nos da vértigo la transformación y el cambio porque supone dejar lo conocido y ponernos en manos de lo incierto. Pero no siempre estar en terreno conocido y seguro es lo mejor.
Sólo cuando nos incomodamos, cuando nos enfrentamos a situaciones nuevas sacamos todo nuestro potencial y empezamos a crear cosas nuevas. Soltar lo conocido nos permite aprender y crecer, nos permite soltar amarras que nos pueden anclar demasiado y nos da la oportunidad de ser creativos, de volver a inventar en nuestra vida. No os parece enriquecedor?
Pues por aquí deambulo yo en estos meses de comienzo del nuevo año. Espero que el dragón me proteja y me ayude a emprender nuevos proyectos y tomar decisiones importante en la vida. A por el reto!
Consulta privada de Miriam Magallón, psicóloga clínica.
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